viernes, 18 de noviembre de 2011

El lujo en los eventos, hoy


El viejo lujo, el asiático, el democrático, el nuevo y el inteligente

Por Micky Ribera (Dtor. Gral. Globally.es Bcn)

Antes de hablar del lujo de los eventos en la actualidad debemos definir lujo y las diferentes interpretaciones de la palabra. Según la RAE Lujo, del latín Luxus, es: Demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo, Abundancia de cosas no necesarias y Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo. Aunque yo creo que lujo, el lujo de siempre es aquello de gran calidad y excelencia, reservado para el disfrute de unos pocos. Además, todo ello llevado con elegancia y cierta discreción.

También existe el lujo considerado asiático, de los nuevos ricos de países emergentes (aunque horteras hay en todos sitios), relacionado con la ostentación excesiva y lo superfluo. Ese lujo ahora, por motivos obvios, se lleva menos en Europa occidental.

El lujo es relativo. Por desgracia, para mucha gente el lujo es simplemente comer. Para otros es comer caviar sevruga y para mi es comer una buena tortilla de patata o una paella de mi madre y con mi familia y amigos. Todo ello es “un lujo”.

La democratización del lujo

Con esta filosofía se puso de moda antes del 2007 el término “lujo democrático”. Con la abundancia económica y el aumento de la clase media aparecieron productos que por su valor no podían considerarse de lujo pero si por ese valor aspiracional o de pertenencia a un grupo. De ahí la logomanía y el auge de productos más accesibles de primeras marcas. Muy poca gente puede comprarse un Giorgio Armani o un Armani Collezione, pero mucha más su fragancia, sus cosméticos, sus complementos o sus bombones. Y además otras marcas del grupo para otros targets como Emporio Armani (en la foto la inauguración de su nueva flagship store en Barcelona), Armani Jeans o Armani Exchange.


El lujo de la experiencia

El nuevo lujo se define como el “Lujo de la experiencia”. No sirve de nada un Rolls Royce si no tenemos ni tiempo ni la/s persona/s con la/s que compartirlo. El nuevo lujo es una puesta de sol con la persona amada y, claro, con Dom Pérignon y caviar. Para Ferrán Adrià es más lujo una buena patata, el mejor huevo o un exquisito tomate que las ostras o el caviar. El valor de los alimentos lo marca la ley de la oferta y la demanda, su escasez y no la calidad nutricional del producto que en estos tres casos, y también el del sabor es mayor. El mayor lujo para mi es el tiempo, y disfrutarlo con los míos en www.kilombovillas.com.

La crisis y el lujo inteligente

Con la llegada de la crisis ha surgido un nuevo lujo, sumado al de la experiencia denominado “Smart Luxury” y consiste en gastar el dinero y disfrutarlo de forma inteligente. Por ejemplo los relojes suizos GC, de excelente calidad y precisión, buen diseño y un precio “inteligente”. Yo lo resumo en gastar el dinero en lo que me hace feliz. Un jersey de Louis Vuitton frente a uno de Massimo Dutty, viajar en Vueling a Madrid o en Business del Puente Aéreo no me hacen más feliz. Sí una cena con amigos en el mejor restaurante, un viaje en primera a un paraíso lejano con mi pareja o una buena casa con vistas y habitaciones para mis invitados.

El lujo en los eventos.

Pero vamos al grano, los eventos son cada vez más segmentados y dirigidos al público objetivo. Especialmente en el lujo.
Según lo expuesto el lujo en los eventos se divide también en cuatro (sin contar el asiático que en España apenas existe), el lujo de toda la vida (el de verdad), el democrático, el de la experiencia y el “Smart”.

El primero reducido, exclusivo y muy selecto. Mucha calidad en todos los materiales: desde la invitación, la decoración, el catering, pero evitando platos ostentosos como las ostras, la langosta o el caviar. Un evento de Patek Philippe o de IWC es elegante, muy sofisticado y muy reducido, realmente enfocado a un público que se puede gastar más de 10.000 € en un reloj y sabe disfrutarlo, entenderlo y esperarlo. Su eslogan lo resume claramente. “Nunca nadie es dueño de un Patek Philippe sólo lo conserva hasta la siguiente generación.”. Nada de ostentación. Sí de disfrute. Igual que con Prada, elegancia y calidad máxima, pocos invitados y muy selectos, 100% público target.

Estos eventos se mantienen, e incluso han aumentado, dado que el consumo del auténtico lujo no ha cambiado. Excepto en evitar al máximo la ostentación innecesaria, sin renunciar, ni a un ápice de calidad.
Con los otros eventos de “lujo más popular” cabe todo, ya que una fragancia de 90€ es lujo, y también una laca de uñas de 30€, y mucha gente puede comprarla. Se sigue manteniendo la extrema calidad en todos los aspectos, pero el número de invitados es mayor y el exquisito cuidado por el mínimo detalle es algo menor que en los de lujo extremo. Estos eventos han descendido de número y los que se hacen se vigila mucho más el perfil de los invitados, cada vez más reducido y más enfocado en el retorno a través de los influenciadores sociales, los bloggers, la prensa y los KOL’s (Key Opinion Leaders), o sea los que crean tendencia. El objetivo es aportar valor a la marca y generar experiencias positivas que nos refuercen el mensaje, con el mínimo gasto posible, pero sin perder la calidad y la esencia de la marca.

Con la “experiencia” se abre un nuevo mundo en el marketing que nos obliga a trabajar también en grupos muy reducidos de “Conneiseurs”, gurus que marcan los hábitos de consumo y que cuentan en las redes sociales cada vez con más seguidores en cada uno de los ámbitos.

Como decía Coco Chanel “Amo el lujo. Y el lujo no reside en la riqueza ni en la ornamentación, sino en la ausencia de vulgaridad”.

mck®

martes, 8 de marzo de 2011

Los eventos del futuro serán ‘online’

Aquí os adjuntamos el artículo de nuestro Director General en Barcelona Micky Ribera publicado en la revista Profesional Events sobre la crisis y los eventos del futuro:

"La llegada de esta crisis brutal ha supuesto un cambio, y creo que aún será mayor, en el consumo y en general en nuestras vidas. Han cambiado las reglas del juego y por lo tanto debemos cambiar también la forma de comunicarnos. Los grandes eventos de antes de 2008, como las golondrinas de Bécquer, no volverán. El cliente busca en cualquier acción un retorno inmediato en la inversión y ésta está en el punto de venta, en dónde se decide el 70% de la compra. Ese que despreciábamos muchos comunicadores y publicistas, porque nuestro trabajo era “construir marca”, hoy debe convertirse en nuestro objetivo prioritario. Otro punto fundamental es el e-commerce. El punto de venta está hoy en internet. La comunicación y los eventos también. Por precio, inmediatez, interacción...

LAS 5 R’S DEL SIGLO XXI. En mi opinión, las diferencias entre los eventos del siglo pasado y de éste radican en lo que denomino las 5 R’s. Con respecto al siglo XX y debido a la crisis, la saturación de mensajes y la segmentación del target, los eventos de siglo actual deben ser Relevantes (deben transmitir las cualidades del producto y la marca); deben ofrecer Retorno (ROI), que se traduce en muchos casos en generar tráfico al punto de venta o a la web; deben concebirse con una visión de 360 grados, o sea, deben ser Redondos; deben proporcionar Recuerdo positivo entre los asistentes (un recuerdo imborrable); y deben generar Repercusión en Medios on y offline. Los del siglo XX se conformaban con ser notorios e incluso, a veces, relevantes, y generar recuerdo positivo de marca a través de los líderes de opinión.

LOS EVENTOS Y LA REVOLUCIÓN ‘ONLINE’. Los eventos y acciones de comunicación están viviendo en los últimos años una revolución. Nos encontramos en la era digital y los eventos, como cualquier otra herramienta del marketing, están invariablemente ligados a las redes sociales y a la comunicación online. Algunos eventos ya se están realizando íntegramente por Internet, como la presentación de Muji.es, un evento 100% online, a través de webcam, con catering en casa incluido. Pero también otros muchos, conciertos en directo mediante streaming, desfiles de moda, etc. Este nuevo escenario permite localizar de forma más directa al público objetivo; permite, asimismo, la internacionalización del evento, la asistencia online se multiplica y hay un ahorro en la creación de soportes de comunicación tradicionales como invitaciones, confirmaciones... Para la marca, los resultados son inmediatos y con un coste mínimo.

VENDER PRIMERO, MARCA DESPUÉS. Hoy en día, y debido a la crisis económica, las empresas buscan resultados a corto plazo. Las compañías están especialmente interesadas en aumentar el tráfico y el posicionamiento de sus contenidos digitales para incrementar las ventas. “Está muy bien el posicionamiento a largo plazo, pero ahora necesitamos vender”, no paran de decirnos nuestros clientes.

FUTURO: ‘FACE TO FACE’ + ‘MOUSE TO MOUSE’.

A pesar de todo esto, los eventos por definición (nos permiten vivir, disfrutar, sentir en primera persona) no deben limitarse al uso de medios digitales. La relación one to one siempre será imprescindible para generar el boca-oreja (el wom) a través del público prescriptor. La relación personal sigue teniendo un valor importantísimo y necesario para la comunicación de las marcas. No nos interesa diseñar eventos masivos para nuestro público, los líderes de opinión. Ahora es preferible crear actos ad hoc destinados a pequeños grupos de personas, o una a una, para canalizar la información y las emociones. Incluso multiplicar su efecto online a través de blogers y KOL’s (Key Opinion Leaders). Unos pocos invitados asisten al evento, el resto lo disfruta, y comenta, en tiempo real online y, además, lo comparte.

En resumen, convivirán dos tipos de evento; el que busca la inmediatez a través de Internet o de los eventos masivos y el personalizado, el de la experiencia, a un público connaisseur, en el que transmitimos sentimientos y que genera un recuerdo positivo y relevante de la marca. Y, si es por fases, podemos sumar los dos, conseguimos multiplicar el efecto del mensaje, siempre potenciando la aspiracionalidad del producto o marca y generando tráfico al punto de venta: la web.

Micky Ribera, socio-director de Globally